viernes, 10 de agosto de 2012

Cortez the killer (reverso)



Me descubro, en ocasiones,     
en secreto, deseando    
la irremediable, tajante,    
extinción de el Hombre Blanco.
No aludo a la Decadencia,     
obvio, eso ya lo han hecho otros    
-Xen Rabanal, O.Spengler-
mejor de lo que podría    
 tan siquiera yo soñar.
Digo que, a veces, anhelo    
edificar sucio nido    
en mi exilio y transmutarme    
augur de la destrucción.
Ya ven: surgen ocasiones    
en, quien decimos humano    
-aunque de uno mismo hablemos-
torna, no más, repugnante!
Podría incluso rizar    
el desprecio y confesar    
que siempre anidó en mi pecho    
el burdo y cruento deseo 
de inaugurar una secta,     
pero no puedo, no valgo,     
y el caso es que, en pocos días,
comenzaré a rellenar    
el peluche maltratado    
de mi tan sucia mochila    
con la ajada gomaespuma
de mis pocas pertenencias    
para mejor trasladarlas    
hasta el nuevo continente...
y anhelo darle más luz    
que la de la intrusa hoguera    
de la cruz y el arcabuz.
Fondearé tierra indígena    
en que mi pálida piel    
de mugrienta luna llena    
quizás pueda ser estigma.
Así que antes que, tal vez,     
pueda invadirme un -pueril-    
cínico arrepentimiento,
quiero hoy, aquí, proclamar:    
bendito vuestro desprecio    
-bendita arrogancia indígena-
que desaira al Hombre Blanco!
Si tal vez, al fin y al cabo    
-¿aún no lo comprendéis?-    
ya está muerto el Hombre Blanco.
América, dosmildoce    
-año cero algunos dicen-    
allá voy, aquí comienzo!



 



3 comentarios:

  1. Todo viaje es una iniciación. Y una resurrección. Atados a los viejos hábitos creemos que el planeta es solo la costumbre. Hay que ser fuerte para estar abierto a nuevos rumbos. Sin desdeñar la memoria, porque el Hombre es transcurso y acumulación. Como dice Heráclito: Panta rei, título que le he puesto a mi nuevo libro. Todo fluye. Suerte, Pablo. Y que la fuerza del deseo y del descubrimiento te acompañen. Sin dejar que la fuerza - la buena - del recuerdo de otros pasos, que también fueron, alguna vez, nuevos, te abandone. Que la utopía te haga caminar hacia el horizonte.

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  2. Me ha tocado dos veces vivir lejos de mi tierra. La primera vez mi padre me dijo esta frase: allí encontraras otras tierras otras gentes de maneras diferentes de pensar y esa ha sido la mejor experiencia de mi vida. Éxitos y estaremos siguiendo tus pasos.

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  3. Tus palabras serán los ojos de nuestros pies anclados.

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te escucho...