Ne me quitte pas...
hay un silencio de nieve en la mañana del domingo
y un arrullo de hojas secas que contraría a los gatos
los barrenderos del ayer olvidaron esparcidas
las migajas del otoño
sobre el sueño y el asfalto
camino arrastrando kilómetros
que se adhirieron a mis zapatos
sólo para recordarme
que vivir sigue siendo extraño
decadencia de noche de un sábado
que ensucia aceras
con naufragios de vidrio roto
y suicidios de tabaco usado
¿Para qué escribir?
¿por qué luchar contra relojes, latido, víscera y dados?
¿a qué seguir extendiendo
este rumor de palabras con que ansío resumir
la vida que me soñó
un títere estropeado?