jueves, 26 de octubre de 2023

lo épico es sobrevivir

Tal vez viva soñándome vivir eternamente acunado bajo la cúpula atroz de tu vientre porque es real capilla en que ofrecer mis preces y enjugar mis lágrimas por esta realidad que tanto me duele.

Espero, agazapado en tu saliva, el momento en que se exhiban las voces de los poetas martirizándose hasta la siguiente efeméride.

Tal vez yo no comprenda nada y tú seas la realidad que ni tú misma deseas afrontar. El animal herido en el talón con un vidrio roto rescatado de la penúltima reyerta en el puerto o en el malecón, tal vez en un búnker hecho de campo abierto y carreteras rotas por el ciclismo de los déspotas que no te inquietan pero te quiebran el quehacer cotidiano. Tal vez el alcohol no consumido más que en botellas labio de sierpe que nunca serán, más que en mi mente, ingeniería de Molotov

Escuchad todas las balas
que jamás disteis en el blanco:
un montón de gargantas están creciendo 
en cuellos de camisa abiertos
como botellas de leche congelada
en una calle a las cinco de la madrugada
gargantas que esperan
cicatrices de mordiscos
pero que aceptarían agujeros de bala
Vosotras inquietas balas
perdidas en enjambres
procedentes de guerras no decididas
aferraos
a estas desnudas gargantas
que necesitan algo 
de decoración
Yo ya he hecho mi trabajo:
tenía tres joyas
nada más
y las he colocado
sobre mis elecciones
joyas
aunque se comportaban como
balas:
un instante de rubí
antes de que las manos
se alzaran
para detener la sangría
Y tú la de allá
mi pequeña acróbata:
gira rápido
Tras de mí
no hay cuidado
y el aire
está armado hasta los dientes
y tiene 
una puntería enloquecida

algo así aullaba Leonard Cohen y yo lo leo y me abismo en el vértigo y siento tu temperatura y todo se escarcha sin tu tacto y todo es Bacon ejerciendo suturas sobre un lienzo de pura carne herida y me pregunto:

¿Qué sabréis los poetas?
¿Qué sabremos quienes no lo somos y jugamos a la poesía cuando jugamos con Ella?
¿Qué los dedos niños sin piezas de despedida?
¿Qué de las piezas de la risa cercenada?
¿Qué sabréis los poetas más allá de la frase exacta que despierta la rabia, la llama dubitativa que incendia la calma?
¿Qué sabréis quienes os llamáis poetas y perdéis la esencia de esa guerra sin bandos en que hay que tomar partido para salir bien en la foto finish del final de fiesta?

Exhibirse como víctima es la mejor estrategia para asesinar sin que lo parezca.

Eran cerca de las once. Dije adiós a la madre y a la hermana. Estaban preparando, una para su hijo, otra para su marido, la comida de la tarde y de la noche siguiente. Y como lo que ahora diré forma parte de mis recuerdos de 1970, tengo que escribirlo: en el retrete de esa casita palestina fue donde aprendí a prescindir de papel higiénico y a utilizar con limpieza la botella de agua. Puesto que había bebido y comido en la casa, mi intimidad con ella fue total.

Jean Genet lo tenía claro, pero yo aún me pregunto qué sabréis los poetas mientras muero por invadirte, carnívoro, cuchillo magma magnético, el vientre y ni siquiera lo intuyes y todo es opaco cuando no te viertes invadiéndome los flancos, cuando no hay retaguardia y el momento es exacto si hay niños obligados a aprender qué es el fósforo blanco.

¿Qué sabréis los poetas?





sábado, 7 de octubre de 2023

«todes», término internacional

¿Qué pasaría si nunca muero
y no tuviera la oportunidad de nacer de nuevo?
Control Machete

un arrebol de inciertos carmesíes y un puñado de rupias bengalíes, cuando la noche que no precisa de ocasos fotografiables ni de memorias fulgurantes, a lo Borges, recordando que todo es un ayer que ya se fue y sólo fue hace una semana pero ya parece un año... sangre y rictus de azul cobalto para los dinosaurios del turismo que ya estaban allí, sombras imposibles para Kali, challar a mayor gloria de la pachamama, esperma usada para infectar vientres con églogas acobardadas en seminarios de sierpe... pupilas dilatadas, como esfínteres del alma, para la danza febril del fin de semana de los acobardados que anudaron sus tobillos para evitar el salto y, simplemente, caer cual bestias en la cochiquera travestida en flor de otro puñado de monedas sin acuñar... rasguños en los nudillos: de pelear paredes, latas de cerveza o vientres desacompasados en ese baile de lo marchito que aún desprende aroma: a eso se aferra el olfato... vientre: cadera: cabellos: piel: vello: brazo: bazo: intestino: sonrisa: amianto y te robaría el bolso para seguir desperdiciando monedas en los recovecos infectos de cualquier bar sin cervezas ni carreteras que le añadan kilometraje al daño... el dolor es una espátula hincada en las pupilas casi cemento del pusilánime... el dolor es que no mires lo que no desearías contemplar por más que, a lo Alex, querido drugo, te sujetaran los párpados... el dolor es sesiones de electroshock en la piel del animal invertebrado cuando se hace cuerda de violín con la que rebanarte el pescuezo y, de paso, el pasado... duele la realidad: duele si te acercas a ella como perro patilargo mugiendo bujías de arroz exterminado entre las piernas asiáticas del todo a cien y el trago largo... la Belleza es un bisturí que siempre maneja otro al que siempre odio y no he de explicarme más porque no al bisturí sino al daño


hay personas que pierden años en cada despedida, y otras que hacen de su vientre abrebotellas para los fans de las aerolíneas... las hay que pierden la vida al doblar cualquier esquina y otras que se la juegan en cada disparo cuando disparar sólo es la apuesta en la próxima partida: partir: busca en la RAE o en la wikipedia si no entiendes las siglas 

no hables: asómate y mira

domingo, 1 de octubre de 2023

errar la Belleza y nunca errar

Abriremos el paquete de algo nuevo,
no me daré por vencido.
Ya caí en todos los cebos.
Diego Vasallo

aguzarte el corazón en un tintero de mitologías que asesinen en crudo cualquier cirugía... escribir en granate los verbos importantes... hacerle un torniquete a los versos que no tengan aún textura de labio

Si has de ser genocidio, aprende a elegir los daños colaterales

vomitar hacia adentro las altas gradaciones del intento... suturar en seco los párpados que niegan la existencia al sueño... tatuarte en el hombro un infinito que atesore las esquinas de todos los senderos

Si has de ser cuchillo, no escuches nunca el llamado del afilador

zurcir versos como pupilas en los bordes de manteles que eternicen todas las madrugadas... dactilografíar el deseo para hacer de la caligrafía un poema que pueda ser tienda de campaña

Si has de ser error, traga barro como si no existiese la Belleza