pues eso...que en ocasiones ni siquiera escribir supone alivio, ni siquiera la danza sinuosa de los dedos sobre el teclado consigue apaciguar esta inquietud en que se vierten los sentimientos de tanto en tanto...mejor volver a la quietud, retornar a la música, la calma, el silencio y la caricia...
el humo de la marihuana
enreda la estancia
y mi deambular mental
la pantalla del portátil
redibuja formas falsas
para que me parezcan reales
el sinuoso paseo de la gata
esculpe perfecciones
y animales ensayos de caricia
tomo
sin convicción,
entre mis manos,
la vieja gastada libreta
observo el descanso
de tinta y acero
de ese bolígrafo que me regalaron
patentado por la NASA,
me dijeron,
para que puedas escribir tumbado
y decido que
hoy no,
no me apetece escribir
no impondrá,
el reloj que nunca tuve,
pena de muerte a esta noche
Fantástico Pablo!! El final condensa y concentra la rebeldía innata. Un gusto leerte. Como siempre
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