Tu ausencia es una cosa que pesa como plomo
Tu ausencia es una cosa dura como metal
Tu ausencia es un enorme barranco a que me asomo
sin tacto sordo ciego igual que un mineral.
Félix Grande
Caen derrotados los calendarios
y mi rostro se inquieta contemplando
cómo en mi cuello crecen grietas
que tú recorres con labios descalzos,
pasando de puntillas
sobre los besos sin verdad y las noches sin daño,
haciendo orfeón de saliva
en la dermis que antaño fuese
guarida y pretil del engaño
Caen derrotados los días
mientras tu aliento esquiva
los senderos sin esquina
que hicieron día en las noches
en que tu voz no hizo nido,
y en la eclosión de mi vientre
cuando desprecia la esgrima
de sudores que no entienden,
mordiscos huérfanos de diente
y miradas buril que ignoran
la existencia y la semilla
solo por no darle alcance
o alcanzarla ya sin vida
Caen doblegados mis músculos
cuando aún te cantan y anidan
gritándote y reclamando
tu brutal locomoción sin freno,
tu fiebre sin enfermería
Cae la noche y sé que cae
porque te mira
con su ofuscación de luna torpe
y sus latidos de pez sin vida,
cual memoria del desperfecto
en que rotura tu ausencia
como un sembrar sin semillas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
te escucho...