jueves, 30 de diciembre de 2021

habitante de mi sangre

... no fue la curiosidad
lo que me hizo huir con ella...
Enrique Bunbury

Afilarme en los vértices de todas tus espumas como el profeta en las aristas de su fe, sentirme poderoso en tus pupilas cual obrero que golpea al capataz antes de firmar su despido, aplicarle el silenciador al disparo de tu aullido cuando solo es sudor sin solaz, voltear el milagro de tu cuerpo para buscarle las costuras a dios, adecentar mi saliva sobre el mantel de tu vientre con esas maneras de mazapán y copa de anís que tienen las nubes cuando, de lado, corretean los cielos de París. Lamer el cuchillo de tinta que dejas siempre bajo la almohada, y maniatarme la aorta con ese cabello que olvidas en batallas hechas de sal y limón como tequila en la garganta de Nick Cave cuando susurra step into the vortex where you belong. Enfrentarle a las ventanas su cara de domingo cuando la noche se vuelve tierna en el dorso de mi mano y dejar tu sonrisa estallando en mi vientre mientras tu dedo pulgar busca callejeros napolitanos entre las atlántidas de mis dientes. Tatuarme tu aliento en la tráquea, cuando viene de noches sin doblez y perfil sin agua, por más que las agujas me despierten la náusea, y seguir amaneciendo escarbado de ti para regalarle al día este escueto pecho en que se acuna un cadáver que solo es hermoso cuando tu mirada lo pinta de césped.

Ser, al fin, ese músico desconocido que toque el triángulo en la orquesta de tus días.




domingo, 19 de diciembre de 2021

el hábitat y el calendario

Hay una habitación que es leyenda y un vendaval de aliento con sabor a semilla. Un vértigo de piernas que solo saben caminar senderos de sábana gastada y hambrienta de pantalones pijama. 

Hay una cicatriz de poesía mal curada y un acertijo de respiración entrecortada. Un reloj que no funciona y un avión que se lesiona atragantado de nubes, velocidad y pupilas carentes de urbe. 

Hay una ciudad herida por la humedad y una humedad que muerde la entrepierna. Un abismo de vicio macerado en ternura al calor de un café que no recuerda su origen porque tú se lo perdiste. 

Hay el tremor de una canción y el cilicio manso de un poema escanciándome la lengua. Un correr beodo tras trenes hechos de andenes cuyos raíles perdieron el paso desde que no te contemplan.

Hay un eco y tu presencia batallando ajedrez sobre mi torso, un reguero de orgasmo minusválido cuando la luna se estrecha en el dorso de una habitación palpada a tientas por no encender la luz que me descubra tu ausencia. 









miércoles, 8 de diciembre de 2021

suena Neil Young

Suena Neil Young y la escarpadura de mis arterias repta las esquinas del salón que ahora ya no habitas pero siempre ya siempre por más que desearas pintar las paredes de negro e incluso tal vez con el color de tu aullido más primordial hecho faquir sin paciencia que germina en tu garganta selvas de lumbre y maneras de fiesta que no ha de acabar porque aún no se inflaron los globos más allá de la expansión de tu aliento hecho crujido de indecencia cuando lo deposito en mis pulmones quebrados de tabaco pero aún intactos de los corceles que te rumian el latido y el escándalo de los vecinos y la música quebrando nuestros huesos como abecedarios de los que habrán de nacer nuevos vocabularios con que permitirnos reírnos y sonreír al mundo antes de que acabe definitivamente aniquilado en nuestro abrazo... 

todo se viene abajo cuando tu ausencia es el espanto y recuerdo tus dedos inventando taquicardias al armario y depositando madejas de los vientos sin nombre que te dieron nombre más allá de lo viciado y lo estanco allí donde se riza el horizonte para inventarte un ocaso al que puedas practicar un boca a boca de mariposas sin tregua y luciérnagas ebrias de alcohol barato y extrarradio de ciudad inventada solo para escuchar los motores que atormentan a los cielos cuando les combates el viento con tal de hacerte presente entre estas cuatro paredes de yeso mal distribuido que hoy acaricio como si fueran barro con que poder moldear nuevamente el alimento de tu vientre como un pan de ayer aún intacto...

y la casa es, como yo, hoy, ahora, un cuerpo eviscerado...

I've been waiting for you
And you've been coming to me
For such a long time now
Such a long time now

Neil Young ©Henry Diltz
Neil Young ©Henry Diltz