en ocasiones te cruje la mirada un ventanal de tristeza al que no quiero asomarme por no ver si me refleja...
pero también un vendaval de carcajada, fronteras de viento, entre los párpados rizando equívocos para prestigiarles de acierto...
un vergel de dedos que me enredan los excursionismos del sueño para brotarlos tan ella como sin el desgarro del tiempo...
un carnaval de fierezas y sonrisa voraz en tu edificar futuros con piezas de Lego que nunca suspendieron asignatura en la escuela del daño...
diez vueltas de reloj como diez años...
diez versos, únicamente diez, para apuntalar la Alquimia a la que me amarro
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te escucho...