«El amor nunca deja de ser».
1 Corintios 13:8
se me viene como un galope sordo sobre el pecho el aroma a vidrio soplado de tu sexo
luz combando tus cuerdas vocales para extirparles un poema que sabe a aguacero y jungla
dentición de la mañana acunando entre sus branquias el algodón de tu aliento
nube tu vientre naciéndole tormentas a mi paladar cuando todo lo conjugas
y un diapasón perfumando la triple orquídea brotada de este atragantarse en lo eterno
sólo ha pasado un día
y ya le crecen al termómetro dígitos de arena cuando caricia sobre los párpados
tu lengua desordenando las aristas de un letargo
muslos como océanos moldeando espumas de Carrara
muslos como océanos moldeando espumas de Carrara
sabiduría del viento atrincherado afuera para bañar de navidad cualquier árbol
pies con que danzas fiebre de ferragosto sin temor a nombrarla
pericia del silencio cuando nos conforma sólo de labio y hueso
pies con que danzas fiebre de ferragosto sin temor a nombrarla
pericia del silencio cuando nos conforma sólo de labio y hueso
axila y yugular o abductor sobre pectoral y esternocleidomastoideo contra femoral
explosión de piezas Lego licuadas por Sade en su dramaturgia más inguinal
explosión de piezas Lego licuadas por Sade en su dramaturgia más inguinal
no apagues la lamparilla de noche que vine a saborear la tuya
que la música siga sonando
mi tacto enredado en el manglar fragante de acordes que germinas desde dentro
cuando dormida deja luz música aliento saliva y piel encendidas
que la música siga sonando
mi tacto enredado en el manglar fragante de acordes que germinas desde dentro
cuando dormida deja luz música aliento saliva y piel encendidas
trataré de reordenar mis sentidos cautivo en tus pupilas este otro que me habitas
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te escucho...