dame un alambre y te regalo un funambulista
dame un alambre y te regalo un faquir si el alambre
está bien afilado en sus extremos,
si florece como estambre cuando lame
si florece como estambre cuando lame
la pulpa de aquellos verbos
hechos primavera que se confiesa aprendiz de bruja
hechos primavera que se confiesa aprendiz de bruja
cuando no riela escobas la escarcha
de tus muslos ensalivados en amaneceres ebrios
dame una gota, un insulto de sangre y no edifiques
diques al milagro
vístete de nuevo el disfraz de hambre, y recolecta
breves de este yo cuando dices mí,
los extremos del alambre
un rostro, el mío, un suponer,
exprimido como cítrico entre las manos jardín
de la esperanza, cruel balanza,
quijotesca pugna
del martirio de no poder
asomarme de nuevo
por siempre y sin descanso
al regato en que tu garganta
atraganta la luz
configurándole pajaritas
a cualquier tragedia suburbana,
tendida como restos de ropa cotidiana
en su malabar de carnes a medio hacer
ponte de nuevo las gafas de no ver el sol
para no deslumbrarte
en el estallido fragata
de tu piel cuando me surcas el mañana
y horas después ruja motores un avión y kilómetros
y nubes como noches de edredón norteño que ayer
pero siempre la temperatura cuando,
como fuego en la cueva,
depositas en el cuenco de mis manos
el regalo de tu paladar hecho nube
y azúcar de cada cumpleaños
No hay comentarios:
Publicar un comentario
te escucho...