Me descubro, en ocasiones,
en secreto, deseando
la irremediable, tajante,
extinción de el Hombre Blanco.
No aludo a la Decadencia,
obvio, eso ya lo han hecho otros
-Xen Rabanal, O.Spengler-
mejor de lo que podría
tan siquiera yo soñar.
Digo que, a veces, anhelo
edificar sucio nido
en mi exilio y transmutarme
augur de la destrucción.
Ya ven: surgen ocasiones
en, quien decimos humano
-aunque de uno mismo hablemos-
torna, no más, repugnante!
Podría incluso rizar
el desprecio y confesar
que siempre anidó en mi pecho
el burdo y cruento deseo
de inaugurar una secta,
pero no puedo, no valgo,
y el caso es que, en pocos días,
comenzaré a rellenar
el peluche maltratado
de mi tan sucia mochila
con la ajada gomaespuma
de mis pocas pertenencias
para mejor trasladarlas
hasta el nuevo continente...
y anhelo darle más luz
que la de la intrusa hoguera
de la cruz y el arcabuz.
Fondearé tierra indígena
en que mi pálida piel
de mugrienta luna llena
quizás pueda ser estigma.
Así que antes que, tal vez,
pueda invadirme un -pueril-
cínico arrepentimiento,
quiero hoy, aquí, proclamar:
bendito vuestro desprecio
-bendita arrogancia indígena-
que desaira al Hombre Blanco!
Si tal vez, al fin y al cabo
-¿aún no lo comprendéis?-
ya está muerto el Hombre Blanco.
Todo viaje es una iniciación. Y una resurrección. Atados a los viejos hábitos creemos que el planeta es solo la costumbre. Hay que ser fuerte para estar abierto a nuevos rumbos. Sin desdeñar la memoria, porque el Hombre es transcurso y acumulación. Como dice Heráclito: Panta rei, título que le he puesto a mi nuevo libro. Todo fluye. Suerte, Pablo. Y que la fuerza del deseo y del descubrimiento te acompañen. Sin dejar que la fuerza - la buena - del recuerdo de otros pasos, que también fueron, alguna vez, nuevos, te abandone. Que la utopía te haga caminar hacia el horizonte.
ResponderEliminarMe ha tocado dos veces vivir lejos de mi tierra. La primera vez mi padre me dijo esta frase: allí encontraras otras tierras otras gentes de maneras diferentes de pensar y esa ha sido la mejor experiencia de mi vida. Éxitos y estaremos siguiendo tus pasos.
ResponderEliminarTus palabras serán los ojos de nuestros pies anclados.
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