martes, 15 de febrero de 2022

Alexanderplatz

escucho tu saliva 
destrozando a dentelladas 
la sinrazón de mi nuca 
y la curvatura animal 
con que me animas la espalda

un Basquiat de sangre 
entre mis piernas 
y lluvia ácida 
regada en jazmín 
justificando tu aliento, 
revolviéndome la cordura, 
y tus dedos 
el cabello, 
y los caballos sin bridas 
y los astros ciegos 
fantaseando tu cuerpo

¿de qué barro te hicieron las piernas?
¿sal de qué acuario me traes en tu garganta?
¿de qué jungla extirparon tu mirada?
¿qué brutal artista prefirió no sacrificar tu vientre con tortura de pigmentos?

me miras de reojo como si te estuviese esperando 
en Alexanderplatz 
mientras la nieve que me pinta el cabello 
no fuese ya frío sino fuego

corres la cortina a tu mirada 
como quien levanta el auricular 
de un teléfono rojo sin vuelo a Moscú 

y bendices mi pecho 
tiznándolo de azul

en la mañana un psicópata 
escancia café entre tus labios 
cuando las vecinas 
del domingo de otro siglo 
se hacen cruces ante la crucifixión 
de gimnasias imposibles 
en que te muerdo 
con uvas desecadas de pulpa y fricción

Te vas como quien inaugura un aeropuerto 
y perder tu perfil me da más miedo 
que nacer internado en el Hospital del Tórax 
o caminar perdido en Torres Blancas 
persiguiendo en circunferencias 
de hormigón y vidrio 
tu reflejo... 

persiguiendo en música circular 
el envés de tus besos

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te escucho...