lunes, 2 de mayo de 2022

extremaunción de la saliva y el verbo

cuántas balas merece un reo?
cuántos misiles son necesarios para doblegarle el aliento?
con cuántas mañanas hemos de contar para desarreglar los desperfectos y marchitarnos en el bucle en que pierden partidas de ajedrez las mareas de tu aliento?
 
nunca sabremos, lo sé, qué francotirador nos espera dormitando babas sobre la mecedora y rabia animal sobre las caderas de su rifle
nunca contabilizamos los dados que el destino decidió repartirnos para departir y partirnos en golpes de jazz sin camino más allá de aquellos besos que soñamos con reverdecer en un redil de versos

cuántas balas merece un reo?
cuántos fogonazos de saliva vencida en otros idiomas es capaz de encajar el armario breve y desvencijado de un cuerpo?
con cuántas noches hemos de contar para desordenar los afectos y quebrarnos añorando escuchar palabras que se juegan la vida reinventando los sueños?
 
nunca sabremos, lo sé, qué reptil despliega sus alas de cuervo previo para erigirnos cuerpos cavernosos con maneras de payaso triste
nunca registramos los pasos que decidimos volcar en el matraz de tantos besos dispuestos a sorprendernos con químicas de distancia y explosiones de reloj de arena forjado a golpes de averno
 
cuántas balas merece un reo?
cuántos disparos guarda tu ausencia en la cartuchera del silencio?




2 comentarios:

  1. cuántos cabellos inesperados aguardan? cuántos caballos alucinados bailan en un balcón? cuántas ventanas seguirán abriendo si hemos robado toda la luz? cuánta sed en mitad de la noche? cuánto animal mitológico atravesando océanos de tiempo?

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    1. siempre más: más cabellos enloquecidos como caballos que han decidido quedarse a vivir en un latido, y ventanas como pupilas sedientas de luz que se hace piel, y mitologías voraces como noches incendiadas de tiempo erróneo y termómetros exactos... siempre más

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te escucho...