lunes, 28 de agosto de 2023

dices mientras clavas en mi pupila tu pupila

Traigo una caja de ritmos en el pecho que sólo se desencaja cuando le clavan una escala.

Traigo un hueco intercostal en que hace eco mi voz cuando deletreo V-I-D-A, y un espumillón de esperma retenido por la menudencia de los días.

Poesía es quebrar la sutura del sol en la tarde. Una intersección de tijeras que se soñaron piernas de alambre. Una fatiga, un labio loco, la nervadura del estambre de un lirio, la desfiguración de la carne y el sosiego de una palabra mundana que es verso fertilizado al calor de una jungla de sábanas que juegan a enredarse en los matices de tu sangre. 

Poesía es quebrarte cuando te quebrantan, y un aleteo ahíto de huesos que se hace escarcha en el ochomil de las miradas.

Poesía es no saber dónde clavar la pica, cuando está tan lejos Flandes que bien pareciese el cuento con que te desean dormido los padres. Es picarte de dolencias y sajarte los párpados en noches de analgésicos inconstantes, susurrar bendito Bécquer, benditas sus dudas y benditas todas las que de su laceración hicieron sangre.

Traigo un frío norteño y un polo vacío de hielo, sulfatado de vidas que le pueblan para equivocarle el ritmo.

Traigo las horas que me restan para saber a qué jugarme la vida.

Poesía es agarrar un quizás y retorcerle el cuello hasta que cante.


1 comentario:

  1. “Poesía es agarrar un quizás y retorcerle el cuello hasta que cante”. Bravo, qué gran poética. Un abrazo y gracias por tus textos que acompañan en la noche.

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te escucho...