lunes, 17 de junio de 2024

ocaso es un reptil sin verbo

Quiero vivir con una chica canela con ella podría ser feliz el resto de mi vida, canta Neil Young y todo es suburbio en mi paladar, extrarradio de una cosecha en que la luna envidia piernas de matemática imposible, compás a lo Da Vinci, aritmética de lo eterno soñado por escolapios y otros feligreses del encierro que, recluidos, empitonaban su mundano deseo de fiesta de pueblo. Rezaban al murmullo azul de las ciudades que rehuyeron. Y a nosotros todas las ciudades se nos antojan universo que languidece pequeño, sí, pequeño que también puede ser un nombre, un hombre, pero pequeño para regalarle el eco de una carcajada que no hiere a nadie pero amortaja la farsa en que otros sueñan realidad mientras yo la pronuncio infierno. Que siempre son los otros, lo dijo alguien infinitamente más sabio que uno mismo. Que la vida no es bella ni noble ni sagrada, Federico y, de serlo, sólo en las catedrales a las que salvaron tus pupilas del incendio en que habrían estallado los cristales de sus vidrieras de haber decidido verlas desde dentro. Cristales como esos que sostenemos entre los dientes para eviscerar el dormir que no importa porque ya perdió el reloj cuando Alicia desorientó al conejo, olvidando su chistera y su chaleco. Que la vida no es bella, Federico, y el tiempo corre que te corre te corretea mientras otros que no saben de alas aseguran que vuela. Luna de cosecha, te canta Neil entre los muslos mientras otro sol de ayer incendia las esquinas en que los edificios se hacen perfil de colmena y yo sólo deseo vivir con una chica canela. Perversiones de la música popular. Cuchilladas del poema. Alfileres rescatados del vertedero de páginas en que naufrago olvidando el tocón de madera hinchada como cuerpo a la deriva porque una sirena me canta y es más válida su voz que la de las mil vírgenes lascivas ante las que se harían cruces los y las abanderadas de los tiempos modernos. Decapito entre mis dedos otro sueño en que todo es charco sin sentido, y cruje un chapoteo mientras sueño y recuerdo que no lo estoy, porque sueño.


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te escucho...